Trucos de casino: Siete personas que engañaron al casino

Todo el mundo sueña con ganar, esa es la idea detrás del juego. Estás apostando a probabilidades que rara vez están a tu favor, confiando en tu suerte y siendo constante. De esa manera, puedes ganar mucho dinero, pero a la larga, el casino siempre está en ventaja; de lo contrario, este no sería un negocio tan exitoso. Sin embargo, algunas personas se dispusieron a cambiar la suerte a su favor, y emplean todo tipo de tácticas inusuales y altamente ilegales, para hacerlo. Por supuesto, casi nunca se salen con la suya. Te presentamos 7 tramposos de casino que mostraron un gran ingenio.
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El hacker de tragaperras

La piratería es una amenaza bien conocida hoy en día y los casinos en línea gastan mucho dinero para proteger sus plataformas. Sin embargo, en los años 80, antes de que Internet fuera lo que es en la actualidad, piratear una tragamonedas de casino no era un asunto muy complicado, y no se requerían grandes conocimientos de hardware. Tommy Glenn Carmichael era un técnico de reparación de televisores con mala suerte, cuando uno de sus amigos le mostró el interior de una máquina tragamonedas.

Inmediatamente se dirigió a Las Vegas, armado con una herramienta llamada ‘top-bottom joint’, un dispositivo bastante curioso hecho de alambre de guitarra y una pieza de acero de resorte. Carmichael usaría esta herramienta para activar un interruptor en las máquinas tragamonedas del casino y “convencerlas” de que el premio mayor había sido ganado.

Por supuesto, finalmente fue atrapado y tuvo que pasar tiempo en la cárcel. Para cuando salió, la tecnología había avanzado y sus viejos trucos ya no funcionaban, pero aquí es donde hizo su legado. Durante más de una década, él sería el que propondría nuevas herramientas que romperían las tragamonedas de casino. Primero creó ‘The Monkey Paw’, y pronto fue seguido por ‘The Light Wand’ cuando se introdujeron sensores más sofisticados. Tuvo tanto éxito que vendió sus inventos en el mercado negro e incluso logró reunir un equipo propio para causar estragos en Las Vegas y Atlanta.

“Dame una máquina tragamonedas y la venceré.” Tommy Glenn Carmichael

En poco tiempo, Carmiachel y su pandilla acumularon alrededor de 5 millones de dolares por día, hasta que fueron arrestados en 1996. Desde entonces, el legendario hacker de tragamonedas supuestamente dio un cambio a su vida y actualmente prefiere ganar dinero de manera honesta como consultor de seguridad de casinos. Incluso está trabajando en una nueva herramienta llamada “The Protector”, que pondrá fin a la quiebra de las tragamonedas para siempre, según él asegura.

El jugador borracho

Un hombre borracho entra en un casino. Apuesta 15 dólares en la ruleta, gana, se embolsa más de 1000 dólares y lo celebra por todo lo alto. Cualquier persona que esté mínimamente familiarizada con las probabilidades de la ruleta estaría un poco confundida al igual que el crupier. El jugador borracho del que hablamos es Richard Marcus, un nombre bastante conocido en el mundo de los casinos, siendo uno de los pocos en esta lista que logró salirse con la suya, ya que confiaba en un simple juego de manos para sus timos, sin dejar ninguna evidencia. Su movimiento característico se denominó “The Savvanah”, y lo utilizó para atacar casinos de todo el mundo, ganando (supuestamente) más de 5 millones de dólares en el proceso.

Su táctica era directa y contundente: apostaba tres fichas rojas de 5 dólares en una mesa de ruleta, escondiendo una ficha marrón de 500 dólares debajo de ellas. El truco consistía en organizar las fichas de manera que el crupier no viera la marrón en la parte inferior. Cuando Marcus ganaba el juego, todo iba bien, embolsandose más de 1000 dólares. Sin embargo, si perdía, entonces reemplazaba la ficha marrón, perdiendo solo 15 dólares. Para que todo funcionara, tuvo que fingir que estaba borracho, lo que le dio margen de maniobra ante los confusos croupiers.

Tal vez conoces las leyendas del oxigeno extra en las salas de casino, a raíz de las cuales los operadores han sido acusados de manipulación, pero por lo que parece, los jugadores tampoco juegan limpio en todas las ocasiones. El ingenio de todo el esquema radicaba en el hecho de que Marcus no engañaba cuando ganaba, sino más bien cuando perdía. Ya había cámaras de seguridad en aquellos tiempos, pero los oficiales del casino solo revisaban las imágenes de las victorias de los jugadores, no hace falta mencionar que el juego de manos era muy difícil de percibir. Finalmente el tramposo fue atrapado y procesado, después de lo cual decidió cambiar de trabajo y oficialmente se “retiró” en 2000. Actualmente escribe libros sobre estafas y organiza seminarios sobre seguridad de casinos.

La estafa del paquete de cigarrillos

La estafa del paquete de cigarrillos

Al mudarse a Francia, en 1973, los funcionarios del Casino Deauville quedaron desconcertados cuando un jugador logró ganar 5 millones de francos (aproximadamente 1 millón de dolares por aquel entonces) en la mesa de ruleta durante una semana. Como bien sabes, este es un juego de azar en el que incluso la mejor estrategia de ruleta no acumularía tales ganancias. Se contrató a un equipo independiente para descubrir el engaño, mientras que la seguridad local vigilaba de cerca al afortunado ganador y al crupier de mesa, pero fue en vano.

Mientras todo esto sucedía, el dueño del casino sufrió mal de amores, se enamoró perdidamente de una de sus clientas, una bella mujer morena que visitaba el casino todas las noches. Sus avances fueron rechazados, pero el propietario hizo un descubrimiento asombroso: la misteriosa mujer siempre se sentaba a una mesa de distancia del afortunado jugador de ruleta, y casi no hacía ninguna apuesta. Pero lo más extraño de todo es que también llevaba consigo una cajetilla de cigarrillos en todo momento, ¡aunque nunca parecía fumar! Después de atar cabos, el dueño del casino finalmente le pidió a la mujer de sus sueños un cigarro.

Resultó que el paquete de cigarrillos era un transmisor de radio ingeniosamente disfrazado que se usaba para manipular la bola de la ruleta. Aunque no ocurría nada malo con la mesa de juego, el crupier estaba compinchado con la mujer y el hombre, de manera que, cada vez que su compañero se sentaba en la mesa, reemplazaba la pelota por otra que contenía un receptor. Usando el “paquete de cigarrillos”, el trío de estafadores pudo controlar el giro de la pelota y predecir dónde aterrizaría. Se reveló que la belleza de cabello negro era Monique Laurent; el crupier era su hermano, mientras que el jugador era su esposo. Este grupo de tramposos casi logra vencer el juego de la ruleta.

The Edge Master

Uno de los escándalos de juego más recientes involucró al famoso Phil Ivey, poseedor de nada menos que diez brazaletes de la Serie Mundial de Poker; sin embargo, el tramposo fue atrapado haciendo trampa en el Baccarat. Ivey se involucró en dos demandas legales independientes, tanto como defensor como acusador. En 2012, ganó 9,6 millones de dólares en el Casino Borgata en Atalanta, y 7,8 millones de dólares en los Crockfords de Londres. Más tarde, se demostró que, para lograr esta increíble hazaña, había empleado una técnica llamada “clasificación de bordes”.

Al igual que el conteo de cartas, la clasificación de bordes tampoco es considerada un tipo de trampa, aunque cualquier casino lo prohíba en sus reglas internas. Se basa en identificar defectos de impresión sutiles en el reverso de las cartas. La pareja sentimental de Ivey, una mujer china llamada Cheung Yin Sun, fue la que le enseñó esta técnica. Con suficiente paciencia, y si eres un jugador VIP del casino puedes exigir jugar con el mismo mazo y ordenar las cartas como “buena” y “mala” durante el transcurso del juego. En el baccarat, este truco te daría una ventaja especial sobre la casa.

La clasificación de bordes no es nada nuevo, pero este es uno de los casos más grandes en la historia. Si bien Crockford simplemente devolvió a Ivey sus apuestas y se negó a pagar las ganancias, Borgata le permitió salir con su dinero, lo que llevó a un caso judicial bastante largo. Ivey tuvo que devolver los 10 millones de dólares al casino, aunque la situación era única y sin precedentes previos. Ivey declaró que la clasificación de bordes es el uso de la habilidad y no una manera de hacer trampas, pero las autoridades están en desacuerdo con él.

El equipo de cortadores de cartas

Cortadores equipo

Poco antes de que Ivey y Sun ganaran casi 20 millones de dólares en Londres y Atalanta, otro grupo asiático estaba realizando una gira en las mesas de Baccarat en Las Vegas. Parece que la simplicidad del juego tiende a atraer a ambiciosos estafadores, ya que los discretos contadores lograron desplumar a los casinos por un valor monetario de 1 millón de dólares.

Aprovechándose del hecho de que en el Baccarat uno de los jugadores generalmente tiene la oportunidad de cortar las cartas antes del juego, escondieron pequeñas cámaras en sus mangas.

El cortador de cartas podría arrastrar la carta y revelar las cartas de debajo a la cámara. Luego se excusaría de la mesa, verificaría las imágenes y transmitiría la información a sus colegas. De esta manera, el grupo jugaba con información perfecta y obtenía ganancias considerables.

Las autoridades finalmente se dieron cuenta de sus tácticas, aunque ‘los cortadores’ nunca llegasen a ser atrapados en Las Vegas. Puesto que las cámaras eran demasiado pequeñas para ser vistas, los oficiales del casino no tenían justificación legal para realizar un cacheo del cuerpo entero a estas personas. Sin embargo, cuando los becarios asiáticos decidieron cambiar de continente, su suerte no los acompaño: finalmente fueron arrestados en Nueva Zelanda.

Keith Taft y sus inventos

Hoy en día, usar computadoras en los casinos es ilegal y el personal especializado de los casinos se está dando cuenta de todos los pequeños dispositivos tecnológicos que pueden darte una ventaja en ciertos juegos. Sin embargo, en los años 70, la seguridad no perseguía tales trucos y aparatos, ¡sobre todo porque una computadora era tan grande como una habitación! Edward Thorp (¡próximamente!) acababa de revolucionar el campo de los juegos de cartas luchando en los casinos con matemáticas, y el maestro e ingeniero de la escuela dominical Keith Taft decidió seguir sus pasos desde 1969, año en el que comenzó a jugar al blackjack.

A pesar de toda su pasión, Taft no era un jugador muy talentoso, y no era bueno en el conteo de cartas. Sin embargo, en lugar de darse por vencido, decidió aprovechar la tecnología e inclinar las probabilidades a su favor, momento en el cuál la tecnología tomó la forma de una computadora (hecha por él mismo) de 7 kilos llamada George.

Usar esta monstruosidad en el casino no era estrictamente ilegal, sin embargo, Taft corría el riesgo de ser atrapado y expulsado del casino. Por tanto, improvisó y dividió la computadora en varios módulos que se colocó alrededor de su cuerpo, y escondió los controles en sus zapatos. Ingresaba datos con los dedos de los pies mientras jugaba y recibía señales sobre el estado de la baraja. Para su sorpresa, la ingeniosa estratagema falló estrepitosamente.

Los grandes inventos rara vez funcionan la primera vez. Taft tardó más de 3 años en superar la decepción y perfeccionar su tecnología. Su siguiente creación fue David, como en David vs Goliat. Más ligero que George, este contador de cartas tuvo mucho más éxito y le valió a Taft algunas victorias impresionantes. Finalmente, fue arrestado por el FBI, pero como usar una computadora no se consideraba ilegal, no le pasó nada. Esto envalentonó al inventor y permitió que algunos de sus hijos se sumaran al plan, ¡para desgracia de su esposa!

A lo largo de los años, los Taft se armaron con todo tipo de artilugios hechos por sí mismos: ‘Thor’ y ‘Narnia’ les permitieron deducir las posiciones de las cartas después de un barajado perfecto, mientras que la Belly Telly’ era una pequeña cámara espía en el cinturón. Taft incluso usaba sus gafas para recibir señales a través de luces LED: demasiado fáciles de detectar.

Otro experimento fue la primera red de computadoras, que se basaba en cables que corrían entre los zapatos de los estafadores. Finalmente, las tácticas en evolución de los crupieres, las medidas que adoptaron los casinos y la eventual prohibición legal del uso de dispositivos electrónicos en los casinos dejaron a Taft fuera de servicio durante los años 80. Sin embargo, por su ingenio sin igual, se ganó su lugar en el Salón de la Fama del Blackjack.

“Realmente disfruté el trabajo de laboratorio, me gustó desarrollar los conceptos y luego implementarlos. Eso me ha resultado más satisfactorio que salir y ponerlo en práctica en casinos. Eso siempre es un desafío muy hostil. Siempre te preocupa que te atrapen y lo que ello conlleva.” Keith Taft

El primer contador de cartas

Un profesor de matemáticas entra en un casino: ¿qué es lo peor que puede pasar? Pues podría suponer el cambio del blackjack para siempre. Probablemente hayas escuchado sobre conteo de cartas que cualquier fanático del blackjack conoce. Es un sistema que, en teoría, puede dar al jugador una ventaja sobre la casa. Los contadores de cartas se han ganado la reputación de personas peligrosas en el mundo del juego, y los casinos tienden a estar atentos a ellos.

El padre del sistema se llama Edward Thorp, personaje que con una maestría en Física y un doctorado en Matemáticas a sus espaldas, no había tenido tiempo de aprender mucho sobre los casinos antes de ser llevado a Las Vegas durante una de sus vacaciones, donde desarrolló un gran interés en el juego de blackjack. Llevó a cabo una investigación exhaustiva sobre la posible aplicación de las matemáticas al Blackjack y empleando la computadora de su universidad, inventó el primer sistema que podría decirle cuándo aumentar sus apuestas en el blackjack.

Los casinos quedaron estupefactos. Thorp ganaba miles cada fin de semana, pero no podían atraparlo haciendo trampa: había encontrado el santo grial del mundo del juego, una forma de vencer al sistema que se encontraba dentro de las reglas del juego. Pero el cambio disruptivo se produjo en 1962 al publicar sus hallazgos en un libro que de inmediatose convirtió en un éxito en ventas. Aunque probablemente podría vivir solo de las regalías, Thorp llevó sus ganancias al mercado de valores y también logró vencer a Wall Street. Hoy en día, el ingenioso profesor es una figura pública en los Estados Unidos y aún se lo considera uno de los jugadores más ricos del mundo.

El descubrimiento de Thorp dio origen a una generación completamente nueva de jugadores, que se propusieron vencer a los juegos de casino armados con una inusual combinación de habilidades y conocimientos. Él es la razón del éxito del equipo de blackjack del MIT que aterrorizó al mundo del juego durante los años 80 y 90. Sus hazañas han sido bien documentadas, ya que ganaron millones siguiendo un patrón muy similar al de Thorp: combinando el juego de casino con una inversión inteligente.

“Me preguntaba cómo mi investigación sobre la teoría matemática de un juego podría cambiar mi vida. En resumen, la vida es una mezcla de azar y elección. El azar puede considerarse como las cartas que se reparten en la vida, mientras que la elección es cómo los juegas “.Edward O. Thorp