La mafia y el negocio de los casinos

En la primera mitad del siglo XX la mafia tenía todo lo que podrías desear y más. Cuando se produjo una escasez de trabajo durante la Gran Depresión, siempre se podía encontrar un empleo decente en los negocios del jefe de delincuencia local que torturaba a los rufianes. Durante la Ley Seca todo lo que tenías que hacer para conseguir una bebida, era visitar un bar operado por Al Capone. Considerando esto, ¿parece tan sorprendente que precisamente la mafia revolucionó la industria del azar americana tal y como la conocemos?
Mafia y la ciudad de Las Vegas Share on Pinterest

Cómo un mafioso construyó Las Vegas

El famoso gangster Bugsy Siegel. Mucha gente subestima el poder y la influencia de la mafia en América a lo largo de su historia. La organización ha financiado todo tipo de negocios, desde bancos y bares hasta incluso cómics. No, lo último no es ninguna broma, la compañía Marvel Comics, en particular, fue financiada por la mafia, por lo que necesitaba referirse a organizaciones criminales dentro de sus cómics como “The Maggia”, para evitar incitar la ira de los mafiosos.

Con tantas conexiones enredadas prácticamente en todos los aspectos de la cultura estadounidense, no será muy sorprendente saber que la mafia no solo estaba muy involucrada en la industria del juego, sino que fundó sus bases.

Este joven bien parecido es Bugsy Siegel, considerado como el padre de Las Vegas. Aunque sea difícil de creerlo, su origen es tan humilde como él mismo lo aparenta. Nació en 1906 en una familia de inmigrantes judíos como Benjamin Siegel y no conocía otra cosa que la pobreza. Para ganarse la vida, con la tierna edad de 14 años encabezó su primera banda, dedicada a negocio de extorsión a cambio de protección, chantajeando los propietarios de tiendas para que le pagasen dinero por protección bajo amenaza de perder sus puestos.

El rápido crecimiento de su banda le ganó el apodo “Bugsy”, que significa “rápido como un chinche”, así como atrajo la atención de muchos grandes mafiosos quienes empezaron a contratarle para hacer todo tipo de trabajo desde transacciones de negocios hasta asesinatos. Bugsy se hizo inmensamente rico, hasta el punto, que empezó a salir con varias estrellas de Hollywood.

Bugsy Siegel se encuentra con el actor George Raft.

Pero pese a la gran riqueza que había conseguido, el apetito por el dinero de Bugsy fue insaciable. A principios de los años 40 aparentemente se retiro de la esfera criminal y decidió dedicarse a inmobiliaria y construcciones. ¿Por qué lo hizo? Porque Bugsy intuyó una nueva oportunidad y fiel a su nombre, quería ser el primero en apoderarse de ellas.

En 1931 el estado de Nevada legalizó oficialmente los juegos de azar en búsqueda de nuevas fuentes de ingresos provenientes de casinos y complejos en el área. Hasta entonces, los mafiosos americanos solían ir a la Havana para jugar, por lo tanto, la presencia de un complejo de casino de alta gama en territorio nacional era lo mejor para ellos, sobre todo si podía generar beneficios.

Y así, numerosas familias criminales encomendaron a Bugsy que buscase un lugar en Nevada donde dicho complejo se podría construir. Finalmente eligió a Las Vegas, que aunque hoy nos parezca obviamente la mejor variante, en aquella época la ciudad recordaba más a algo que se puede ver en las películas del oeste que a una megalópolis con vida nocturna imparable.

Las Vegas en los años 40.

En realidad, el sitio era perfecto para la idea de Bugsy. Sería mucho más barato construir en una ciudad pequeña y tranquila que en un sitio ya lleno de locales similares y una vez que la construcción hubiera terminado, la popularidad del complejo podría fácilmente atraer a turistas a la ciudad. El empresario se puso las manos a la obra y empezó la construcción del Flamingo, un gigante complejo de hoteles que proporcionaría casino y sala de juegos de última generación.

El presupuesto inicial de la mafia previsto para la construcción de Flamingo fue de 1,5 millones de dólares, pero el precio final antes de la apertura del complejo llegó a ser cuatro veces mayor, alrededor de 6 millones de dólares. ¿Por qué razón? Porque Bugsy era listo y sabía que este sería un gran negocio y no estaba dispuesto de desaprovecharlo. Así que empezó descaradamente a cobrar de más a sus inversores recogiendo dinero bajo la mesa y salió de este negocio más rico que jamás hubiera soñado.

No obstante, su riqueza no le llevó muy lejos, porque cuando la mafia se percató de lo que hubiera hecho, le asesinó. Pero por lo menos el complejo Flamingó quedó muy bonito.

El hotel Famingo de Las Vegas en 1947.

Después de la muerte de Bugsy, la mafia necesitaba un nuevo representante para operar el Flamingo y convertirlo en el símbolo de éxito que debía de ser. Encargaron la tarea a Meyer Lansky, un cercano amigo de Bugsy desde los años cuando ya solo era un gangster en la calle, e irónicamente es muy probable que precisamente Lansky haya ordenado que le asesinasen.

Empezando exactamente por donde lo había dejado Bugsy (puesto que asumió el mando literalmente 20 minutos después del disparo fatal), Lansky invirtió todo lo que tenía en el Flamingo, intentando a cumplir el sueño de Bugsy de convertir a Las Vegas en el epicentro de la industria de casinos en los Estados Unidos. Afortunadamente, Flamingo empezó a disfrutar de gran éxito, convirtiéndose rápidamente en una de las principales fuentes de ingresos de la mafia.

A lo último contribuyó también la prohibición oficial del azar en Cuba que Fidel Castro impuso en 1959 y que destruyó por completo el paraíso del que la mafia disfrutaba en Havana, empujando indirectamente a sus miembros a jugar en Las Vegas. Poco a poco, el Flamingo empezó a generar fondos suficientes para financiar la construcción de numerosos complejo como Riviera y Stardust, que al igual que Flamingo permanecen hasta la actualidad, y otros que se han quedado en el pasado.

Las Vegas en la actualidad.

Se puede afirmar con cierta seguridad que, si no fueran los esfuerzos de Bugsy y Lanski, el juego de azar en America, o por lo menos Las Vegas, no existirían. A pesar de que no se sepa hasta dónde se extiende hoy el control de la mafia sobre Vegas, sigue siendo un hecho que, para bien o para mal, el juego moderno al otro lado del charco se estableció con dinero sucio.

Sin embargo, dejando a los aspectos morales aparte, la historia del ascenso de Las Vegas es fascinante y ciertamente es digna de la trama de una película. Es interesante pensar cuántos complejos de casinos por todo el mundo han sido construidos por organizaciones criminales internacionales. ¿Y quién sabe?, imagínate que un día vas a un complejo de este tipo a jugar al blackjack y te topas con un elegante caballero que te mira con ojos llenos de rabia cada vez que ganas un gran premio…

No obstante, según los rumores, la presencia de la mafia en la ruleta no es muy fuerte, por lo que quizás sea aquí donde debes apuntarte o bien, siempre puedes elegir la forma más segura y disfrutar de los mejores casinos con tragaperras online de nuestra lista y jugar desde la comodidad de tu casa sin correr el riesgo de conocer a estas personas aterradoras de las que hablamos.

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